Maria Teresa León una luchadora por la igualdad de su tiempo.

En conmemoración del día de la Mujer, Izquierda Unida Montilla presenta un homenaje a Maria Teresa León, autora de libros, guiones de cine, montajes de teatro, traductora en varios idiomas. Trató de extender la cultura por los pueblos, y ayudó, junto a Rafael Alberti, Rosa Chacel, Timoteo Pérez Rubio o Arturo Serrano Plaja y un sinnúmero de hombres y mujeres del pueblo -muchos de ellos anarquistas-, a poner a buen recaudo innumerables cuadros del tesoro artístico y más de 40.000 libros de incalculable valor, evitando su pérdida en la contienda nacional de 1936.
pero, quien es Maria Teresa León?
Se puede afirmar que María Teresa León fue una mujer comprometida con el conflictivo tiempo en que le tocó vivir, enfrentándose a críticas y trasnochadas costumbres.

Como escritora explora los géneros más variados: autobiografía (Memoria de la melancolía, considerada por muchos una obra clave del género); novela (Contra viento y marea, Juego limpio); relatos (Las peregrinaciones de Teresa, Fábulas del tiempo amargo); biografías noveladas (Don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, Doña Jimena Díaz de Vivar, gran señora de todos los deberes), ensayo (La historia tiene la palabra)... , incluso teatro, campo en el que fue actriz, directora de escena, autora...

Hija del coronel del ejército Ángel León y de Oliva Goyri, prima de María Goyri (la esposa de Ramón Menéndez Pidal). En su educación influyeron mucho sus tíos y sobre todo su tía María, que había sido una de las primeras mujeres españolas en obtener un doctorado en Filosofía y Letras; y que impartió clases en la Universidad española (Las primeras universitarias en España 1872-1910, Consuelo Flecha García). La infancia de María Teresa transcurrió entre Madrid, Barcelona y Burgos, ciudad ésta a la que volvería en varias ocasiones y a la que se sintió fuertemente ligada. Estudió en la Institución Libre de Enseñanza y se licenció en Filosofía y Letras. De este modo, María Teresa se educó en un ambiente culto, ilustrado, que la marcó y definió durante el resto de su vida.

Casada en segundas con Rafael Alberti, rompiendo su propio matrimonio, en 1932 y por lo civil. Una de las primeras colaboraciones de Alberti para María Teresa León son las ilustraciones para su tercer libro, una colección de cuentos llamada Rosa Fría. Es en este momento cuando la Junta para la Ampliación de Estudios pensionó a María Teresa León para estudiar el movimiento teatral europeo y comenzaron a viajar por Berlín, la Unión Soviética, Dinamarca, Noruega, Bélgica y Holanda; por lo que comienzan su periplo europeo. Estas experiencia le permitieron contar con un tema para sus escritos, que fue ampliado posteriormente con una docena de artículos, publicados en El Heraldo de Madrid en 1933. Participa en la fundación, junto con Rafael Alberti, de la revista Octubre, en la que publicará su obra Huelga en el puerto (1933).

En 1934 la pareja volvió a la Unión Soviética donde asistieron al Primer Congreso de Escritores Soviéticos, conociendo a Máximo Gorki y André Malraux.11 Tuvieron una gran actividad política y social al estallido de la Revolución de Asturias de 1934, viajando a los Estados Unidos, para recaudar fondos para los obreros damnificados.7 10

El golpe de Estado que da inicio a la Guerra Civil les coge en Ibiza, de donde logran escapar en aventurera peripecia. Vuelven a instalarse en Madrid en plena guerra y María Teresa pasa a ejercer el cargo de secretaria de la Alianza de Escritores Antifascistas. Fundan la revista El Mono Azul. Sus vivencias en el Madrid bélico serán reflejadas más tarde con gran intensidad en dos novelas: Contra viento y marea y Juego limpio, ésta última de gran carga dramática, cruda e intensa, con importantes notas autobiográficas en la que narra el día a día de un grupo de actores. María Teresa fue subdirectora del Consejo Central del Teatro, y puso en pie, ya como autora, ya como actriz o como directora, importantes empresas teatrales en la España republicana.

Participó en la confección del Romancero de la Guerra Civil dedicado a Federico García Lorca, así como en la Junta de Defensa del Tesoro Artístico Nacional, llevando a cabo una intensa actividad de animación cultural y literaria en los frentes de batalla, y tratando de salvar el patrimonio nacional, como el tesoro sacro de Toledo y el traslado de los fondos pictóricos del Museo del Prado y de El Escorial a Valencia (junto con otros intelectuales, artistas y literarios de la Generación del 27 como Rosa Chacel y su marido Timoteo Pérez Rubio). Estos Monumentos fueron bombardeados por la Legión Cóndor enviada por Adolf Hitler al servicio del golpista Francisco Franco en un afán de achacar la destrucción del patrimonio a la II República Española y cuyas consecuencias nefastas en la guerra civil española son de sobra conocidas. Rafael Alberti escribió al respecto una obra intitulada "Noche de guerra en el Museo del Prado".

También participó en el II Congreso de Escritores Revolucionarios en 1937, celebrado en Madrid y Valencia. Durante la contienda su trabajo se centró en el teatro, desempeñando el cargo de subdirectora del Consejo Central del Teatro, promoviendo distintas iniciativas en este campo, siendo responsable de "El Teatro de Arte y Propaganda" y posteriormente de "Las Guerrillas del Teatro" en el Ejército del Centro (Bando republicano) puso en marcha diversas empresas teatrales. Trabajó tanto como dramaturga, como directora de escena e incluso esporádicamente colaboró como actriz; fue co-directora de Los Títeres de cachiporra de Federico García Lorca y La cacatúa verde, de Arthur Schnitzler; también dirigió La tragedia optimista, del autor ruso Vsevolod Vichnievsky y también realizó, la dirección y participación como actriz en la versión de Numancia, de la que se encargó el propio Alberti. Igualmente dirigió y participó en una obra de Alberti: Cantata de los héroes y la fraternidad de los pueblos. Otras de sus aportaciones al mundo del teatro es la fundación de "El Cine, Teatro, Club de la Alianza de Intelectuales Antifascistas".

Pero con el final de la guerra y la derrota republicana tuvo que exiliarse, en un primer momento a Oran, a Francia, luego a Argentina e incluso a Italia. Vivieron en París hasta finales de 1940, realizando traducciones para la radio francesa Paris-Mondial y trabajando como locutores para las emisiones de América Latina.

En Argentina residieron durante veintitrés años, naciendo allí su hija Aitana. Es en Argentina, según algunos autores (Estébanez), donde adquiere la madurez de su prosa, como culmen de una evolución que se inicia con los primeros cuentos de corte tradicional en los años veinte, pasando por una etapa vanguardista tras conocer a Alberti, y sigue con unrealismo socialista a partir de la República. Pero la llegada al poder de Juan Domingo Perón les hizo marchar a Italia, donde establecieron su residencia en Roma (es aquí donde se perfila su obra Memoria de la melancolía) hasta 1963. Es ahora cuando el matrimonio Alberti inicia nuevamente viajes a Europa y realizan su primer viaje a China, tras el cual escribe en 1958 junto a Rafael Alberti, Sonríe China.

Con la llegada de la democracia, Rafael Alberti y María Teresa León vuelven a España el 27 de abril de 1977, pero ella no disfrutará mucho de la nueva etapa española. Aquejada del mal de Alzheimer, es ingresada en un sanatorio de las cercanías de Madrid en el que morirá el 13 de diciembre de 1988.

Reconocimiento de su obra y labor
En el año 2003, se celebró el centenario del nacimiento de la escritora, y a los 15 años de su muerte por el mal de Alzheimer, instituciones de Burgos (donde pasó su adolescencia y juventud), organizaron en el Círculo de Bellas Artes, de Madrid, la exposición María Teresa León. Memoria de un compromiso; en ella figuran textos inéditos sobreFederico García Lorca, Lope de Vega, Ramón Menéndez Pidal. Puede considerarse esta exposición como memoria y recuperación de la personalidad literaria de la escritora de la generación del 27, oscurecida por su larga vinculación con el poeta Rafael Alberti.

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